"Aquí enreda hasta Dios"

Quintana celebró su corro con miedo a la tormenta y victorias de los clásicos Ibán, Moisés y Tomasuco y la sorpresa de Alejandro

Fulgencio Fernández
10/07/2017
 Actualizado a 18/09/2019
Alejandro Fernández celebra la victoria en pesados ante El Tigre y se la dedica a su amigo Chus Quiñones, que se había lesionado en su semifinal. | DANIEL MARTÍN
Alejandro Fernández celebra la victoria en pesados ante El Tigre y se la dedica a su amigo Chus Quiñones, que se había lesionado en su semifinal. | DANIEL MARTÍN
Echaban fuego los teléfonos. Los whatspap. «¿Llueve ahí?». Y es que el lugar habitual de mirar, la web de la Federación, también está desaparecida. Muchos aficionados estaban en las motos en Riaño y una tormenta les hizo temer por el corro. También llovía por otras comarcas, de ahí que alguno —como Rogelio— llegó protestando: «Aquí enreda hasta dios». Cierto que a algunos aficionados los dejaría en casa la lluvia... y el andancio. Otros bromeaban con la situación que vive la lucha, como Nacho: «¿Para qué queréis Federación? La gente ya sabe que hay corro,y vieneny a luchar. Bueno.

En fin, que sí hubo lucha, que sí hubo luchadores, que los espectadores se resienten incluso en tierras de tradición comoQuintana, aunque siempre hay quien «no enreda», que no son dios pero son mucho en la lucha. Como Ibán Sánchez, ‘El Guerrerín’ de Barrillos, que se personó por primera vez esta temporada y fue el de siempre ¿Pasa el tiempo por él? Él dice que sí. Tal vez se note en que economice pero, como diría Farruquín, «a perro viejo no hay cus cús».

‘El Guerrerín’ volvió a ser el de siempre, dosificando, listo. Presentó su candidatura a otra Liga Sí lo hubo -cus cús— para el protagonista del primer corro, Javi Oblanca, que cayó ante el empuje de ese chaval que está como mejor colocado en la linea de sucesión: Guillermo González, Busi, el de Valverde Curueño. Toda la valentía que le dio la victoria ante Oblanca, para remontar dos veces, fue un suicidio ante Ibán, que le estaba esperando para enroscarlo según se descubría para atacar. Lo que una vez vale otra no, que en expresión de un aficionado es: «No es lo mismo una casa en Cuba que una cuba en casa».

A Ibán le esperaba en la final el bueno de Teje, que venía de protagonizar una semifinal a la vieja usanza, de viejos luchadores, con Jesús el de La Braña. Ibán fue al grano, sabía que no le favorecía un combate largo, trabado, gastándose en salvas de ordenanza y lo resolvió por la vía rápida, atacando «desde el túnel de vestuarios». Cuando Teje se dio cuenta ya estaba levantando a El Guerrerín como campeón.

Medios, ¿hay quién le luche?


Iba a empezar medios. Llega Nacho el de Matadeón, ex luchador y profesor:«Vengo a ver qué pasa en medios... me gusta este peso». Hace sus valoraciones, Moisés impresiona con su físico y su seriedad, Rubo tendrá que dar un paso adelante, le encanta Víctor Llamazares, que hace muchas cosas y bien, que lucha a ambas manos, que inventa... «pero algo le pasa».

Arranca el carrusel y Moisés pronto se mide a Rubo. Antes de ninguna caída el de Matadeón reflexiona: «Pero ¿cómo le puede luchar a Moisés con el cinto tan flojo?». No lo ha acabado de decir y un ataque de Rubo acaba en caída... para Moisés. Después otra parecida y una pregunta: «La pregunta no ¿hay quién luche? la pregunta con Moiséses ¿hay quién le luche?». Queda sinrespuesta, al menos en el corro de ayer pues los sucesivos rivales fueron cayendo ante su potencia o ante los mismos errores.

Moisés asusta con su potencia, dice el un viejo luchador, la reflexión es «no hay quién le luche» La sorpresa relativa y la esperanza de futuro tuvieron el mismo nombre, Adri ‘El Junquín’ de la Sobarriba, que fue promesa en ligeros, refrendó su condición de tal en medios derrotando al citado Víctor Llamazares en cuartos, y haciéndolo como lo hace el niño, luchando, como ya lo había hecho antes frente al veterano Diego Arce.

En la final le esperaba lo imprevisible, Gasi, que había dejado en la cuneta en semifinales al incombustible Guillermo Bulnes, que está viviendo una más que interesante segunda juventud. Gasi ya había dejado en su camino algunas de sus cadriladas para los cromos... pero ante Moisés. Y más ante un Moisés que cumplió con su leyenda de que es un mal rival después de haber perdido. Y fue La Roca.

Las fiestas del Valle como eficaz precalentamiento


Si el corro empezó mirando al cielo, por el agua, también acabó así, pero con los dos finalistas agradeciendo estar allí pues era una verdadera sorpresa. Disputaban el combate definitivo Pedro José Acosta, El Tigre,. y Alejandro Fernández, de San Cipriano. El de Santo Domingo con su historia de la lesión en el hombro, sus más de 40 años y sus tonterías que tanto daño le hacen. Ayer volvió atener otra, después de perder, no queriendo levantar al bueno de Alejandro. El de San Cipriano estaba ante el que podía ser el combate de su vida, lo sabía, pero no tenía mucha fe pues venía de «dos días de fiesta en el Valle de Mansilla».

Tomasuco es cada día un luchador más hecho, ayer nuevamente Rodrigo no pudo darle ni media caídaY no debió ser mal precalentamiento o entrenamiento previo pues se llevó la final este chaval de San Vicente del Condado, al que la lucha no le viene de cuna sino porque «luchaba mi hermana y empecé a ir con ella, ya con 18 años. Después le cogí gusto con la gente del Club —los Quiñones, Héctor...— y seguí pero ni se me había pasado por la cabeza ganar un corro y menos ayer». Pues lo ganó y empezó a ser una posibilidad al derrotar a Likete, que llevó un rebote considerable, y después a su amigo Jesús Quiñones, que no pudo acabar el combate por una lesión de rodilla.

Ya estaban en la final. El Tigre soñaba. Alejandro sabía que no iba a tener otra igual. No fue brillante pero Alejandro se llevó el gato al agua y al vencer apuntó con el dedo a su amigo Chus. Y El Tigre a la parte triste de su show, no queriendo levantarle en su primera victoria «porque estoy lesionado».Pero, decía Alejandro, «tampoco me preocupa, lo importante es que este corro me anima a seguir».

‘El Niño’ Tomasuco


Antes de la alegría de Alejandro en una categoría de pesados que tiene serios problemas (ayer no estaba Caberín y Bahillo muy fuera de forma) se había disputado un semipesados que siempre tiene algo que ofrecer. De un lado ver cómo crece Tomasuco, que cada día es menos El Niño, y de otro esperar a ver qué nos ofrece ese Rodrigo Fuentes  que puede ser ‘La Perla’... o no. Se vieron en la final. Tomasuco fue Don Tomás t Rodri no mostró la clase que todos los aficionados saben que tiene. Uno de ellos, El Suave, fue tan contundente como suele ser: «Tu hay días que eres un poco zángano». Rodri se ríe. Y Tomasín gana.
Archivado en
Lo más leído