Aquel fatídico 12 de julio... 20 años después

La Diputación rindió este miércoles un homenaje a Miguel Ángel Blanco, asesinado por ETA en 1997. Majo quiso recordar también "a todas las víctimas de la sinrazón terrorista"

Susana Martín
12/07/2017
 Actualizado a 02/09/2019
Diputados de la Corporación provincial y trabajadores del Palacio de los Guzmanes rindieron este miércoles homenaje a Miguel Ángel Blanco.
Diputados de la Corporación provincial y trabajadores del Palacio de los Guzmanes rindieron este miércoles homenaje a Miguel Ángel Blanco.
Pocos españoles tendrán dudas de la conmoción que supuso en este país hace veinte años la ejecución del concejal vasco Miguel Ángel Blanco tras 48 angustiosas horas de secuestro de ETA. Y si el martes se le rindió homenaje en el Ayuntamiento de León, este miércoles se le recordó en el Palacio de los Guzmanes, donde a las 11 de la mañana se concentraron trabajadores y miembros de la Corporación provincial para guardar un minuto de silencio en memoria del concejal asesinado aquel fatídico 12 de julio de 1997.

El presidente de la Diputación, Juan Martínez Majo, fue el encargado de leer un manifiesto en el que recordó que hace dos décadas tuvo lugar «uno de los crímenes más crueles del desgraciadamente amplísimo y espantoso despropósito criminal de la hoy derrotada democráticamente banda terrorista ETA».

Majo recordó que este miércoles se cumplían veinte años del asesinato del concejal del PP en el Ayuntamiento de Ermua, «después de dos días de secuestro y la macabra cuenta atrás por el ultimátum etarra, lo que hizo que el asesinato nos doliera en lo más profundo de nuestras almas y conciencias».

Veinte años –recordó el presidente de la institución provincial y presidente del PP leonés– de un espanto, «pero también veinte años de una respuesta ciudadana ejemplar e inequívocamente democrática: un rotundo y unánime ‘hasta aquí hemos llegado’. Una reacción cívica que a la postre fue determinante para, primero, el aislamiento total y, después, la derrota absoluta desde la libertad, el final de ETA».

Una concentración en recuerdo de Blanco, pero también –remarcó Majo– «a todas, absolutamente todas, las víctimas de la sinrazón terrorista que tanto dolor nos causó». «Un recuerdo sentido y sincero para Miguel Ángel, para todas las víctimas y, sus familias y allegados, pero también, al mismo tiempo, un reconocimiento y a la vez homenaje a la sociedad española que aquel 12 de julio se levantó democráticamente en defensa de la libertad, de la paz y de la convivencia», leyó el presidente, que pidió para todas las víctimas de ETA todo el respeto y la admiración.

«Y a la memoria de Miguel Ángel Blanco, nuestro tributo y todo nuestro cariño», concluyó. Después, un minuto de silencio y aplausos en memoria de las más de 800 víctimas mortales de ETA.
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