Y lo consiguió como ha sido habitual esta temporada: sufriendo. Si hace dos semanas los de Adrián Álvarez parecían decir adiós a cualquier opción de ser campeones de la conferencia A. No fueron ellos los únicos que pincharon en un grupo mucho más igualado de lo que venía siendo habitual los últimos años. Ante Narón la historia se repetía, y aunque tras el primer cuarto parecía que todo iba a ser mucho más sencillo, el equipo gallego se encargó de que el público que abarrotó el coqueto pabellón no pudiera celebrar hasta casi el último instante.
Agustinos, que salió muy bien al partido, no pudo romperlo hasta los minutos finales con un peleón Narón Y es en que los primeros diez minutos Agustinos fue un torbellino que mostró las virtudesd e un equipo que quiere optar al ascenso. Sin embargo, en el segundo periodo los gallegos se rehicieron e igualaron el partido. Ahí supieron gestionar la situación los locales, que con dos triples de Loewen volvían a recuperar una ventaja que les permitía irse al descanso 42-39, tres arriba.
El tercer cuarto siguió el guión del tercero. Los gallegos seguían siendo todo un incordio en defensa para un equipo que no encontraba el juego fluido de los primeros minutos y eso impedía que se marcharan en el marcador, si bien mantenían una renta que ya en el último cuarto terminaría por ser definitiva.
Ahí, en los minutos finales, fue cuando Agustinos mostró su mejor cara para romper el partido de una vez por todas y asegurarse la primera plaza. Los leoneses se escapaban poco a poco en el marcador hasta convertir los minutos antes de la bocina final en una fiesta.
El primer objetivo está cumplido, en tres semanas toca rematar la faena en lo que debe ser una fiesta del baloncesto para la provincia.