Ademar 25 - Anaitasuna 26: 'Remontada incompleta y otro batacazo'

El equipo navarro apea en cuartos a un conjunto leonés que, tras ir 5 abajo a 4 y medio, rozó una reacción milagrosa, pero Mario falló un contraataque solo que hubiese forzado la prórroga

Jesús Coca Aguilera
09/06/2017
 Actualizado a 16/09/2019
Rodrigo lanza entre los defensores del Anaitasuna. | MAURICIO PEÑA
Rodrigo lanza entre los defensores del Anaitasuna. | MAURICIO PEÑA
Otra vez la misma historia. Otra vez la ilusión se transforma en decepción. Otra vez un torneo organizado por el Abanca Ademar acaba en batacazo a las primeras de cambio. En la lista de pesadillas del conjunto ademarista, junto a las tres últimas derrotas en semifinales de la Copa Asobal, está inscrita desde este viernes la sufrida también a las primeras de cambio en la Copa del Rey.

25-26 venció el Anaitasuna al conjunto ademarista, que tras llegar a tener ventajas de tres goles en la primera mitad, se atascó en ataque y empezó a encadenar pérdidas en la segunda, hasta el punto de tener el partido imposible con cinco abajo (21-26) a sólo cuatro minutos y medio para el final.

Sin embargo, salgan mejor o peor las cosas, si algo tiene el Ademar es que nunca se rinde. Estaba ya con pie y medio en la tumba el conjunto leonés, pero se siguió resistiendo a morir, quedándosea punto de haber logrado una heroica y casi imposible remontada.

Defendiendo en individual y atacando sin portero
, pues era momento de riesgos, la diferencia empezó a disminuir. Mario metía el penalti que forzaba Rodrigo, Leo Santos robaba un balón en su área e iba de costa a costa para culminar un contraataque, Cupara detenía un tiro solo desde el extremo de Etxebarría y, a falta de 70 segundos y tras un larguísimo ataque navarro que terminaba en pasivo, Piñeiro se revolvía en seis metros y ponía el 25-26.

El Ademar, que llegó a ganar de 3 en la primera mitad, se atascó en ataque en la segunda, con sólo cinco goles en 23 minutos Ver para creer. El Ademar había resucitado.  La grada apretaba, la intensidad era máxima. Y Cupara, enorme durante todo el partido, volvía a sacar otra gran mano ante el tiro forzado por la gran defensa a Nadoveza y propiciaba la contra. Ahí se iba Mario López a encarar a Sergey, que había estado colosal y cambiado el signo del encuentro desde su salida en el tramo final de la primera mitad. A priori, por lo demostrado toda esta segunda vuelta, un seguro de vida. Pero entre el meta y el palo evitaban su disparo a bocajarro.

Ahí se acabaron las aspiraciones del Ademar. Porque, si bien aún quedaban 30 segundos y tras dejar tirar a los navarros y fallar éstos les restaban ocho para buscar el milagro, el Anaitasuna placaba a Rodrigo casi en el centro del campo, forzando el imposible golpe franco con el reloj a cero que Leo Santos tiraba fuera.

Lágrimas en la pista. Desesperación en una grada que no se creía que tuviera que pasar otra vez por lo mismo. Incredulidad en un banquillo ademarista que notó en exceso las ausencias de dos piezas clave como Vieyra y Juanjo, si bien finalmente Anaitasuna tampoco pudo contar con su ‘estrella’ y máximo goleador, el lateral zurdo Oswaldo.

Cruel epílogo para una sobresaliente temporada, rindiendo muy por encima de las expectativas y que no merecía este final. Y eso que, durante muchos minutos, la cosa pintó bien. Con un Costoya extraordinario, un Simonet genial en la dirección y un David Fernández asumiendo la responsabilidad y acertando en el lanzamiento, el Ademar fue siempre por delante en la primera mitad, llegando a coger ventajas de tres goles (11-8) e incluso atacando para ponerse cuatro arriba.

No obstante, al descanso la diferencia era mínima (14-13), aunque con el aval de haber rotado mucho (los extremos cambiaron en el minuto 15 y durante mucho tiempo la primera línea la formaron Acacio, Rodrigo y David), por lo que la gestión del cansancio apuntaba a jugar de su parte.

Sin embargo, la claridad ofensiva de la primera mitad desapareció en la segunda. Sergey se hizo un gigante en portería deteniendo tiros claros, Bazán y Garza se convertían en ‘gigantes’ en el centro, las precipitaciones aparecían provocando pérdidas y además la desesperación llegaba atrás ante la permisividad arbitral para hacer ataques largos que rozaban una y otra vez el pasivo.

Cupara sostuvo a un equipo leonés con muchas pérdidas y que, con defensa individual y ataque con 7, rozó el milagro Así, en el minuto 38, llegaba la primera ventaja visitante. La primera línea navarra, con Mikel, Ceretta y Nadoveza de constantes ejecutores, se las jugaban todas rondando el 100%. Ugarte, en 6 metros, convertía en gol casi cada balón que le llegaba, y tras minutos de intercambio de goles, con el 19-20 en el 47 llegaba el tirón que acabaría decantando el choque.

Un 0-3, que con la igualdad reinante era un mundo, lograba el Anaitasuna, que se ponía 19-23 a falta de 7 minutos. Los nervios atenazaban al Ademar, que llevaba 5 goles en 24 minutos, los despistes aparecían, y la diferencia se iba a los cinco por primera vez con el 20-25. Todo parecía decidido. Pero aún hubo una última bala para evitar la tragedia.

Pero el deporte no entiende de justicia y salió cruz. Una temporada soberbia tuvo el peor final posible. Un sabor de boca amargo que hasta septiembre no habrá opción de empezar a quitar.
Lo más leído