Abanca Ademar 23 - Granollers 30: 'Máxima decepción sin ninguna opción'

El conjunto leonés vuelve a quedarse sin final de la Copa Asobal tras ser barrido por el equipo vallesano, que cogió 9 goles de renta de salida y llegó a estar 11 arriba en la segunda mitad

Jesús Coca Aguilera
17/12/2016
 Actualizado a 01/09/2019
Las gradas durante el partido entre el Abanca Ademar y el Granollers este sábado en León. | DANIEL MARTIN
Las gradas durante el partido entre el Abanca Ademar y el Granollers este sábado en León. | DANIEL MARTIN
Otra vez con la cabeza gacha. De nuevo, por tercer año consecutivo, León no es talismán para un Abanca Ademar que se vuelve a quedar fuera de la final de su Copa Asobal. Aunque esta vez, la derrota es más dolorosa que nunca. El año en el que mejor llegaban los leoneses, en el que más posibilidades reales se veían de que tanto tiempo después pudieran optar a ganar un título, llegó el mazazo gigante. Máxima decepción sin ninguna opción, porque los de Rafa Guijosa fueron barridos de la pista por el BM Granollers, que se impuso por 23-30 en un choque que dominaron de principio a fin.

Atenazados por la presión de ser favoritos y comenzar a remolque, tremendamente desacertados en el lanzamiento y con multitud de errores defensivos, los leoneses mostraron su peor cara de toda la temporada en uno de los días más señalados de la misma, provocando la tremenda desilusión de un Palacio que vistió sus mejores galas y se volcó con su equipo pese al resultado adverso, pero vio cómo el choque estaba ya muerto a muchos minutos para la conclusión.

En 14 minutos elAdemar, víctima de sus errores atrás y de que en ataque sólo se salvaba Costoya, ya caía 3-12 En realidad, todo lo marcó el calamitoso arranque de encuentro.14 minutos inexplicables y que acabaron siendo decisivos. Nadie se podía imaginar un comienzo así. Pero, en ese instante, Guijosa estaba pidiendo ya su segundo tiempo muerto porque la diferencia era ¡de nueve goles!. 3-12 perdían ya los leoneses. Más abajo de lo que habían estado en ningún partido en toda la temporada, en un visto y no visto. El público no se lo creía. Los jugadores, ‘como flanes’ al verse en una situación tan inesperada cuando partían de favoritos, tampoco.

Un cúmulo de circunstancias llevó a ello.Por un lado, el ataque no funcionó. Sólo Costoya se atrevía y veía puerta. Suyos eran los tres goles que marcó el Ademar en los primeros 15 minutos, mientras las pérdidas se sucedían y los errores en el lanzamiento empezaban a ser una ‘pesadilla’ en la que el ex ademarista Vicente Álamo ejercía como monstruo que atajaba todos los balones.

No obstante, han atravesado momentos así los leoneses esta campaña.Pero nunca combinados con un Cupara tremendamente desacertado bajo palos y una horrible defensa que permitía constantemente lanzamientos en seis metros de Granollers, bien del pivote Adriá Figueras (descomunal durante todo el choque) bien de los extremos desdoblados, y que era incapaz de frenar los lanzamientos desde nueve metros de Arnau y de Márquez.

La defensa 5-1, con Jaime de avanzado, y las paradas de un acertado Biosca, frenaron la sangría atrás hasta el descanso Tras ése 3-12 el panorama cambió. Continuaron los problemas en ataque, donde vivían una tarde negra piezas clave como Juanín (que erró sus cuatro lanzamientos), Simonet (al que el 6-0 del Granollers, liderado por un gran Marc García, anuló por completo y ni fue protagonista ni hizo jugar a sus compañeros) o Vieyra (desaparecido hasta los compases finales de encuentro), y el equipo seguía apoyándose en Costoya, que llegaba al descanso con 5 de los 8 goles de su equipo. Pero sin embargo, en defensa el equipo dio por fin un salto de calidad.

Lo hizo gracias a la defensa 5-1, con Jaime de avanzado, que colocó Guijosa, y a la entrada en escena en la portería de Nacho Biosca, que fue con diferencia el mejor de los leoneses. De hecho, el Ademar consiguió dejar siete minutos sin marcar a los vallesanos, logrando un parcial de 3-0 con el que se ponía a 6 (6-12), si bien Granollers recuperaba los nueve de renta y se iba finalmente con 8 (8-16) al descanso.

La final exigía una remontada heroica. Pero había tiempo para lograrla, aunque exigía la mejor versión delAdemar, ésa que por otro lado tantas veces ha mostrado esta temporada. El inicio era clave...pero en él llegó el golpe definitivo. Porque, transcurridos sólo dos minutos, cuando los de Guijosa habían salido con una tremenda intensidad en defensa y estaban a siete (9-16), Juanjo Fernández salía a nueve metros, impactaba en la cara de Márquez, que daba volteretas entre gritos en el suelo (tras la salida de los fisioterapeutas seguía jugando sin problemas ni secuelas) y Raluy y Sabroso señalaba roja directa para el mejor defensor leonés.

En el arranque de la segunda mitad, Juanjo vio la roja y el Ademar desaprovechó una triple exclusión del Granollers Ponían los colegiados canarios, como siempre con un tremendo ansia de protagonismo y constantes compensaciones, la que parecía la puntilla alAdemar, pero también le daban vida con la última acción en la que pudieron haberse metido en el encuentro.

Sucedió a 25 minutos para el final, con 9-18 en el marcador. Granollers sufría, en la misma jugada, tres exclusiones, viniendo acompañada la última de un penalti que metía Mario y colocándose la escuadra ademarista por tanto a 8 (10-18) y con un minuto y medio por delante jugando con tres hombres más.

Era una de esas situaciones que podían propiciar un gran parcial que el Ademar necesitaba urgentemente si quería meterse en el encuentro. Pero no lo aprovechó. Se saldaría con empate a cero ese minuto y medio, puesto que en la acción siguiente las protestas de Guijosa provocaban que le señalaran dos minutos y a continuación Álamo hacía un ‘paradón’ a Jaime Fernández.

Ahí murió definitivamente el choque. Con Rodrigo de relevo en la dirección, aunque el mismo resultado que con Simonet, el Ademar apostaba el todo por el todo, con 13-23 en el marcador y 15 minutos por delante, yéndose a una defensa individual ‘suicida’, pero que se antojaba como el único recurso posible para tener opciones de milagro.

Con defensa individual en los últimos 15 minutos buscaron el milagro los leoneses, que llegaron a ir 11 abajo (16-27) Pero, como el resto de alternativas, tampoco funcionó. Así, aunque en ataque estático por primera vez en el choque los locales encadenaban varios tantos consecutivos gracias a los momentos de inspiración y acierto en el lanzamiento de Vieyra y Leo Santos; en defensa el Granollers era capaz de superar la marca ademarista y llegaba fácil a seis metros, no pudiendo robar apenas balones y no teniendo acierto en los contraataques en los pocos que sí lograron recuperar o cuando tocaba balones un acertado pese a todo Biosca.

Las cosas no salían y era evidente que el triunfo era imposible. El nunca rendirse y pelear hasta al final ayudó a maquillar la diferencia, que llegó a ser de once (16-27) y era de diez (18-28) a falta de siete minutos, y dejarla en ese 23-30, pero nada más.

La decepción era evidente. La despedida a un gran 2016, la peor posible. La opción de volver a una final que llevan cinco años sin pisar, deberá seguir esperando.
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