La acusación particular no hace distinciones. Los siete por asesinato, considerando a José Ramón García autor material del crimen, a Julio López y Mirian Caballero autores intelectuales, y Froilán Álvarez, Carlos Heli, Antonio Gabarri y Adrián Álvarez cooperadores necesarios. Si bien, según se desprendía ayer de su alegato, la solicitud de pena demandada para estos dos últimos que fueron los que habrían vendido el arma del crimen a José Ramón (y que es mayor incluso que la que pide para los autores intelectuales) se verá finalmente rebajada, quizá como estrategia para convencer al jurado de que los otros cinco acusados sí han de ser condenados culpables.
En todo caso, según el letrado de la familia Larralde, en este caso hay móvil, ocasión y beneficio, «es un crimen pasional para conseguir que, muerto el marido de Mirian, se acabaran las complicaciones para la pareja». El abogado lamentó los hechos acontecidos antes del inicio del juicio a la entrada de la Audiencia, pero defendió que la familia de Roberto «no quiere venganza, quiere justicia», añadiendo además que «los mercheros no son buenos ni malos, son personas». Según la acusación, a la víctima «le llevaron como un cordero al matadero» pues era amigo de José Ramón, al que había conocido en prisión unos años antes.
No hay arma del crimen
Estaba previsto que durante la sesión de este lunes –de tarde, pues por la mañana se procedía a la configuración del jurado popular– se diera lectura, como así se hizo, a los escritos de calificaciones provisionales de las partes y se pronunciaran los alegatos iniciales de las mismas. Sin embargo, pasadas las nueve de la noche se interrumpió la vista antes de que procedieran con su alegato las defensas de Carlos Heli,Mirian Caballero, Antonio Gabarri y Adrián Álvarez, que lo harán este martes dando paso, posteriormente, al inicio de los interrogatorios de los acusados.
Sí expuso este lunes sus alegaciones previas la defensa de José Ramón, que sostuvo que era matemáticamente imposible que su defendido ejecutara el crimen «por cuestión de tiempo». Y avanzó que, como se verá, todavía no ha aparecido el arma del crimen, pero que ésta era una pistola de la Segunda Guerra Mundial que seguramente no podría causar la muerte a nadie». Y es que según su teoría su representado es víctima de una actuación policial precipitada y equivocada pues José Ramón «será un drogadicto, será traficante, pero nunca ha matado a nadie».
También defendieron la inocencia de sus clientes los abogados de Julio López (la pareja de Mirian) y Froilán Álvarez (el detective privado), que comentaron en su alegato que la familia del fallecido sospechó inicialmente de «unos colombianos».
Dos versiones opuestas para un crimen en un juicio con jurado popular, que tendrá que discernir entre los hechos que considera probados y no probados para determinar la culpabilidad o no de los acusados.
Las acusaciones ven claro que hubo un plan para matar a Roberto. Un crimen ideado por Julio y Mirian, que se habrían proporcionado una coartada con un viaje a Madrid–, ejecutado por José Ramón, y en el que contaron con el asesoramiento del detective privado y la ayuda de Carlos Heli, empleado de Julio.
Las defensas se desvinculan por completo de los hechos. Los únicos que reconocen parte de las acusaciones que se les imputan son los supuestos responsables de haber vendido el arma del crimen a José Ramón, que aceptan el delito de tenencia ilícita de armas al carecer de todo permiso.
La familia de Larralde agrede a su viuda, acusada por el crimen, a su llegada al juicio
Los familiares de la víctima, Roberto Larralde, burlaban este lunes la escasa seguridad dispuesta a las puertas de la Audiencia Provincial el día que arrancaba el juicio por el crimen del boxeador. Estaban esperando a que llegara ella,Mirian Caballero, a la que en otro tiempo consideraron familia, pues era la mujer de Roberto, con la que a pesar de distintos embrollos judiciales y con una orden de alejamiento de por medio, seguía manteniendo relación.
Mirian está acusada de un delito de asesinato, según las acusaciones pública y particular, habría sido la autora intelectual del crimen de Roberto Larralde, con la agravante de parentesco. Nada más bajar del coche policial empezaban a escucharse los insultos y varias personas se abalanzaron sobre ella en medio de una bronca en la que volaron los bolsos, los teléfonos y las melenas. Los agentes policiales tuvieron que intervenir para recobrar el mando de la situación y llevar a la acusada hasta el interior del edificio, al que entró contestando a los insultos de las mismas personas que, momentos después, se sentaron entre el público del juicio por el crimen de Roberto que, desde este lunes, y en audiencia pública, se celebran en al Sección Tercera de la Audiencia Provincial.
Momentos de tensión que no se vio aliviada en toda la tarde pues arriba, a las puertas de la sala, abogados de la defensa y la acusación intercambiaron diferencias también con cierta tirantez.
Ya dentro de la sala la vista discurrió con normalidad. Alrededor de una treintena de personas asistían como público a este juicio que está previsto que se prolongue durante cinco semanas.